
La idea es diseñar una nave robot capaz de interceptar y capturar un asteroide de unos 7 metros y remolcarlo hasta la posición deseada. Una vez “anclado”, serviría como puesto de entrenamiento para astronautas, que lo utilizarían para preparar futuras misiones tripuladas a otros de estos objetos de mayor tamaño o a las lunas del planeta rojo. Semejante misión exigiría una inversión de no menos de 2.600 millones de dólares, y se completaría hacia 2021, pero es abordable con las tecnologías actuales.
En el sector privado, algunas empresas apuestan por poner en marcha cuanto antes planes de minería de asteroides que llevarían a cabo sondas automatizadas. Estas explotarían los recursos por sí solas y obtendrían in situ piezas y combustible útiles para los astronautas que trabajasen lejos de la Tierra, lo que ahorraría los costes de tener que mandarlos hasta allí. Una de estas firmas, Deep Space Industries, tiene intención de enviar en 2015 una flotilla de vehículos que realizarán un inventario de los mejores candidatos entre los asteroides.
Torlez.
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